Jonathan Sprent, Cecilia Rey.

Los efectos secundarios de las vacunas contra el SARS-CoV-2 a menudo preocupantes, podrían simplemente reflejar la producción transitoria de interferones de tipo I, una respuesta fisiológica normal al contacto con microorganismos invasores.

El desarrollo de múltiples vacunas contra el coronavirus 2 (SARS-CoV-2), la causa de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), no tiene precedentes y es un logro inmenso. La eficacia de muchas vacunas superó las expectativas y hay grandes esperanzas de que la epidemia pronto quede en el pasado. Sin embargo, quedan varios desafíos; existe el creciente problema de la vacilación de las vacunas, especialmente en los jóvenes que generalmente presentan síntomas mínimos o incluso no los presentan. Además, está bien documentado que pueden originar efectos secundarios; y, por supuesto, el miedo a estos efectos secundarios puede acercarse al de la infección por SARS-CoV-2 en algunas poblaciones. Los efectos secundarios de las vacunas contra el SARS-CoV-2 a menudo son preocupantes, pero pueden reflejar simplemente la producción transitoria de interferones tipo I, una reacción inmunitaria normal al contacto con patógenos

Para la infección por SARS-CoV-2 los niveles de interferón I (IFN-I) son bajos, lo que refleja el antagonismo del virus. Por el contrario, los niveles de IFN-I son generalmente altos en la infección por influenza. Esta diferencia puede explicar por qué los síntomas «similares a la gripe» son prominentes para la influenza, pero generalmente leves durante la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo, las vacunas actuales contra el COVID-19 conducen a la expresión selectiva de solo la proteína espiga, que no logra antagonizar al IFN-I. Por lo tanto, la producción de IFN-I por parte de las vacunas podría ser apreciablemente mayor que después de la propia infección por SARS-CoV-2, lo que podría explicar por qué los jóvenes tienden a tener efectos secundarios sustanciales a las vacunas COVID-19, pero pueden ser asintomáticos durante la infección por SARS-CoV-2. Obtener datos directos sobre este tema es de evidente interés.

A la luz de lo anterior, la perspectiva de fatiga y dolor de cabeza después de la vacunación contra COVID-19 debe verse positivamente, como un preludio necesario para una respuesta inmune efectiva. Los efectos secundarios de la vacunación casi siempre serán leves y transitorios, e indicarán simplemente que la vacuna está haciendo su trabajo de estimular la producción de IFN, el estimulador inmunológico incorporado del cuerpo.

Lee el artículo completo dando click AQUÍ:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34158390/

El contenido de este artículo es responsabilidad de los autores y no refleja necesariamente las opiniones o posiciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional o del Gobierno de los Estados Unidos.


Comentarios