Anccasi Quispe, Amanda Amparo & Palacín Garay, Lucía Luz
La aceptación de la vacuna contra la COVID-19 fue de un 52% y estaría relacionada a tener un nivel de instrucción alto, experimentar la muerte de un conocido y haber tenido la enfermedad. Los factores asociados a la no aceptación fueron el tener más edad y comorbilidades, se piensa que una vida saludable es suficiente para combatir las enfermedades, no confianza en el sistema de salud y pensar que la COVID-19 es un “invento” de la OMS u otras instituciones similares.
Las vacunas contra la COVID-19 ayudaron a bajar la mortalidad y sigue ayudando a más de un año de pandemia, pero aún existen personas que no desean vacunarse.
El objetivo del presente estudio (tesis de grado) fue identificar los factores asociados a la percepción de aceptación de la vacuna contra la COVID-19 en dos departamentos de la sierra peruana. En tal sentido, se realizó un estudio transversal analítico, que a través de una encuesta previamente validada midió, a través de 11 preguntas, la intención de vacunarse entre pobladores de la serranía peruana (Alpha: 0,87). Esta se cruzó con otras variables socio-educativas a través de las estadísticas descriptivas y analíticas.
De los 975 encuestados, el motivo más común para no querer vacunarse fue el pensar que una vida saludable es suficiente para combatir las enfermedades (17% estuvo muy de acuerdo y 48% de acuerdo). Los factores que se asociaron a no querer vacunarse fueron el tener más edad (p < 0,001), tener hipertensión (p = 0,021) y tener obesidad (p = 0,026); en cambio, hubo menos frecuencia de no querer vacunarse entre los que tenían estudios técnicos o universitarios (p < 0,001), haber tenido un familiar cercano fallecido (p = 0,030) o lejano (p = 0,010) o el haber tenido COVID-19 (p = 0,038), ajustado por tener diabetes.
A pesar del tiempo transcurrido del inicio de la vacunación, aún existen fuerte mitos que se vuelven en fuertes barreras para que no quieran vacunarse contra la COVID-19, esto no solo demuestra la idiosincrasia, sino que se puede extrapolar a otros problemas que se tiene en la salud pública en general.
El estudio concluye que la frecuencia de aceptación de la vacuna contra la COVID-19 fue de un 52%, y estaría relacionada a tener un nivel de instrucción alto, experimentar la muerte de un conocido y haber pasado por la enfermedad. Los factores asociados a la no aceptación de la vacuna fueron el tener más edad y comorbilidades, porque pensaban que una vida saludable es suficiente para combatir las enfermedades, no confiar en el sistema de salud y pensar que la COVID-19 es un “invento” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) u otras instituciones similares.
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