Elisa Pablo, Daisy Fancourt.
Se observa que la incertidumbre inicial y la falta de voluntad para recibir un refuerzo contra COVID-19, serán una barrera para mantener el progreso logrado en el control de la pandemia de la COVID-19 a través de las vacunas. Existe una necesidad urgente de mensajes de salud pública que enfaticen la seguridad y la importancia de las vacunas de refuerzo contra la COVID-19.
El éxito continuo del programa de vacunación contra COVID-19 en el Reino Unido dependerá de la adopción generalizada de vacunas de refuerzo. Sin embargo, hay evidencia de vacilación y falta de voluntad para recibirla, incluso en adultos completamente vacunados; por lo que es fundamental identificar los factores asociados a las intenciones de la vacuna de refuerzo en esta población. En la presente investigación se emplearon datos de 22,139 adultos completamente vacunados que participaron en el Estudio Social COVID-19, un gran estudio de panel, basado en la población, de las experiencias psicológicas y sociales en el Reino Unido durante la pandemia de COVID-19.
La regresión logística multinomial examinó los predictores de incertidumbre y falta de voluntad de recibir una vacuna de refuerzo contra COVID-19, incluido (i) factores sociodemográficos, (ii) factores relacionados con COVID-19 y (iii) la intención inicial de recibir un refuerzo 04 meses después del anuncio que las vacunas habían sido aprobadas (del 2 de diciembre 2020 al 31 de marzo 2021).
El 4% de la muestra informó que no estaba seguro de recibir una vacuna de refuerzo contra la COVID-19 y otro 4% no estaba dispuesto. La incertidumbre inicial y la falta de voluntad para aceptar la primera vacuna COVID-19 en 2020-21, se asociaron con más de cinco veces el riesgo de no estar seguro y no estar dispuesto a aceptar una vacuna de refuerzo. Los adultos sanos (aquellos sin una condición de salud física preexistente) también tenían más probabilidades de no estar seguros o no estar dispuestos a recibir una vacuna de refuerzo. Además, los bajos niveles de estrés actual sobre contraer o enfermarse gravemente por COVID-19, el cumplimiento consistentemente bajo de las pautas gubernamentales de COVID-19 durante períodos de restricciones estrictas (por ejemplo, bloqueos), niveles más bajos de calificación educativa, posición socioeconómica más baja y edad menor de 45 años, se asociaron con incertidumbre y falta de voluntad.
Los hallazgos destacan que hay una serie de factores que predicen las intenciones de refuerzo, siendo el predictor más fuerte la incertidumbre previa y la falta de voluntad. Adicionalmente surgieron otros dos patrones preocupantes. Primero, la administración de dosis de refuerzo puede aumentar las desigualdades sociales, ya que los adultos de entornos socioeconómicos más bajos también tienen más probabilidades de no estar seguros o no están dispuestos a aceptar una vacuna de refuerzo, así como más probabilidades de verse gravemente afectados por el virus. En segundo lugar, es más probable que algunos de los que tienen más probabilidades de propagar COVID-19 (aquellos con cumplimiento deficiente de las directrices), tengan más probabilidades de ser inciertos y reacios. Los mensajes de salud pública deben adaptarse específicamente a estos grupos.
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