Daniel Ayoubkhani, Charlotte Bermingham, Koen B Pouwels, Myer Glickman, Vahé Nafilyan, Francesco Zaccardi, Kamlesh Khunti, Nisreen A Alwan, A Sarah Walker.
Se observó que la probabilidad de síntomas prolongados de COVID disminuyó después de la vacunación contra COVID-19 y la evidencia sugiere una mejoría sostenida después de una segunda dosis, al menos durante el seguimiento de 67 días. La vacunación puede contribuir a una reducción de la carga sanitaria de la población de COVID prolongado, aunque se necesita un seguimiento mayor.
El objetivo del presente estudio es estimar las asociaciones entre la vacunación contra la COVID-19 y los síntomas de COVID prolongado en adultos con infección por SARS-CoV-2 antes de la vacunación, a través de un estudio observacional de cohortes en una población de vivienda comunitaria del Reino Unido. Se reclutaron 28,356 participantes en la Encuesta de Infección por COVID-19 de la Oficina de Estadísticas Nacionales, de 18 a 69 años de edad que recibieron al menos una dosis de un vector de adenovirus o una vacuna de ARNm contra la COVID-19 después de dar positivo para la infección por SARS-CoV-2.
La principal medida de resultado fue la presencia de síntomas largos de COVID al menos 12 semanas después de la infección, durante el período de seguimiento del 3 de febrero al 5 de septiembre de 2021.
La edad media de los participantes fue de 46 años, el 55,6% (n = 15,760) eran mujeres y el 88,7% (n = 25,141) eran de etnia blanca. La mediana de seguimiento fue de 141 días desde la primera vacunación (entre todos los participantes) y 67 días desde la segunda vacunación (83,8% de los participantes). 6,729 participantes (23,7%) informaron síntomas largos de COVID de cualquier gravedad al menos una vez durante el seguimiento. Una primera dosis de vacuna se asoció con una disminución inicial del 12,8% (intervalo de confianza del 95%: -18,6% a -6,6%, P<0,001) en las probabilidades de COVID largo, con datos posteriores compatibles con aumentos y disminuciones en la trayectoria (0,3% por semana, intervalo de confianza del 95%: -0,6% a 1,2% por semana, P = 0,51). Una segunda dosis se asoció con una disminución inicial del 8,8% (intervalo de confianza del 95%: -14,1% a -3,1%, P = 0,003) en las probabilidades de COVID largo, con una disminución posterior de 0,8% por semana (-1,2% a -0,4% por semana, P<0,001). No se encontró heterogeneidad en las asociaciones entre la vacunación y la COVID larga por características sociodemográficas, estado de salud, ingreso hospitalario con COVID-19 agudo, tipo de vacuna (vector de adenovirus o ARNm) o duración desde la infección por SARS-CoV-2 hasta la vacunación.
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https://www.bmj.com/content/377/bmj-2021-069676
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