¡Los superagentes de hierro!

Agentes Comunitarias de Salud: Voluntarias de amor contra la anemia y la desnutrición

Llegar a Paita, recorrer sus calles, sentir el calor del sol sobre la arena del desierto, la brisa del mar y contemplar el paisaje costero con su tono azul verdoso y botes perfectamente alineados frente al muelle, te evocan el recuerdo de uno de los grandes personajes de la historia del Perú, el almirante Miguel Grau Seminario, quien lucho con amor, respeto y ahínco por nuestro país. Pero él no es el único superpaiteño, en la ciudad portuaria están surgiendo nuevas heroínas, mujeres empoderadas que libran una nueva batalla y esta vez es contra la anemia y la desnutrición que impide que los niños y niñas brillen como el sol y resplandezcan como la luna de Paita.

Como toda ciudad, Paita ya no es solo la plaza de armas, la iglesia, sus calles delgadas y casonas antiguas de estilo español ubicadas cerca al mar, ahora se han creado en la periferia nuevos asentamientos humanos.  Como en todo nuevo lugar existen necesidades básicas como la falta de agua potable, la inexistencia de un sistema de alcantarillado, mal manejo de residuos sólidos y desinformación sobre alimentación saludable que generan problemas de salud pública, y es allí donde se libra la batalla de las Agentes Comunitarias de Salud, de la mano con el programa Creciendo Sano del Fondo Social del Puerto de Paita, contra la anemia y desnutrición a través de estrategias efectivas que combatan estas enfermedades.

Una de ellas es Maritza Viera Guerrero (41 años),  dirigente en el AA. HH. María Parado de Bellido quien desde hace 5 meses es una Agente Comunitaria de Salud (ACS). Ella nos comenta que cuando se enteró acerca del programa, este le llamo mucho la atención porque trataba sobre combatir dos de los problemas que afectan la salud de los niños y niñas, la terrible anemia y la desnutrición.

Maritza Viera es Agente Comunitario de Salud (ACS) que de forma voluntaria brinda apoyo en el proyecto Creciendo Sano.

Maritza es también una ACS facilitadora, es decir, apoya en el dictado de los talleres educativos a familias beneficiarias y durante las sesiones demostrativas de alimentos, bajo la supervisión de las especialistas de salud del Programa Creciendo Sano.

“Entrar a los hogares de mis amigas y vecinas, poder guiarlas, motivarlas para juntas sacar adelante a sus hijos e hijas y estos crezcan sanos, fuertes e inteligentes,  me emociona, me llena de amor y me inspira a ser una mejor agente comunitaria de salud”, asegura Maritza, una de las muchas superagentes que son parte del programa Creciendo Sano del Fondo Social del Puerto de Paita.

La anemia, con tristeza para todos, es el tema de moda y muchos de los ahora gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales lo tomaron en cuenta durante sus campañas políticas, y con mucha razón, ya que la anemia por déficit de hierro afecta a uno de cada dos niños en Paita (47%) y uno de cada diez tiene desnutrición crónica (9%), según los resultados de Línea de Base del Programa Creciendo Sano.

Además, según los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes, 2017) – INEI, en Piura la cifra de niños con anemia alcanza el 39.1% y en Paita sobrepasa el promedio nacional con un 65.1%; mientras que la desnutrición afecta al 11.1 % de paiteños. Por ello, el Gobierno ha lanzado el “Plan Multisectorial de Lucha contra la Anemia y la Desnutrición”, al cual el Fondo Social del Puerto de Paita se suma para hacerle frente a este problema de salud grave y en donde las Agentes Comunitarias de Salud son las principales aliadas.

Seguimos recorriendo Paita y en una de las amplias calles de arena del Asentamiento Humano María Consuelo Gonzáles de Velasco vive Sidia Ramírez Gómez (43 años), Agente Comunitaria de Salud, quien se pone su chaleco, alista su tablero con sus fichas de monitoreo de visita domiciliaria y su lapicero para salir a realizar las visitas domiciliarias de salud a familias de los niños y niñas beneficiarios del Programa Creciendo Sano en su comunidad, como toda una aguerrida soldado dispuesta a cumplir con su misión.

Creciendo sano ha cambiado mi vida, mi manera de alimentar a mi familia, de organizar mi casa, cuidar el agua y sobre todo valorar la salud de todos ellos”, nos cuenta entusiasmada Sidia, mientras recorremos las calles de María Consuelo Gonzáles de Velasco para que realice sus visitas domiciliarias.

Sidia siempre quiso ser enfermera y ahora como Agente Comunitaria de Salud siente que está cumpliendo su sueño.

Ella también nos relata que su anhelo fue estudiar enfermería pero por su situación económica no pudo, por eso ser agente comunitaria de salud y prevenir situaciones que afecten la salud de los niños y niñas de su asentamiento humano la llena de amor, alegría, la hace sentir útil y la incentiva a no perderse ninguno de los talleres que organiza el Programa Creciendo Sano, ya que le permite aprender cada día más para poder enfrentar a la anemia y desnutrición.

El programa Creciendo Sano cuenta con apoyo voluntario de 45 Agentes Comunitarias de Salud quienes visitan a las familias con gestantes y niños menores de 3 años para promover el cuidado en la salud y alimentación.

El programa Creciendo Sano tiene como meta capacitar a 70 personas como Agentes Comunitarios de Salud, además de realizar actividades como talleres de capacitación, sesiones educativas, sesiones demostrativas de preparación de alimentos y ferias, en donde participan familias, madres guías, socias de cocina de Cuna Más, líderes de comedores, vaso de leche, líderes comunales, funcionarios y profesionales de salud del Minsa.

Sin lugar a duda las Agentes Comunitarias de Salud, madres voluntarias, se han convertido en piezas fundamentales en la lucha contra la anemia y la desnutrición, quienes recorren las arenas del desierto, donde Asentamientos Humanos, incluso con vista al mar como el de Miramar, donde la señora Mercedes Vilela Jiménez (40 años) también dedica unos momentos del día para visitar a las madres de los niños y niñas que participan del programa a fin de conocer sobre su alimentación, el consumo de suplementos de hierro, la lactancia materna exclusiva para niños menores de 6 meses y la higiene en el hogar. Al mismo tiempo, aprovecha las visitas para invitar a las madres a las sesiones demostrativas de alimentos que realiza el programa en Miramar.

Mercedes realizando una visita domiciliaria a la madre de un niño beneficiario del Programa Creciendo Sano.

Desde Miramar la vista es impresionante, aunque la inmensidad del mar contrasta con la realidad del lugar, donde no hay agua potable ni desagüe, la basura invade el arenal e incluso algunas viviendas no cuentan con electricidad. Mercedes nos comenta preocupada que cuando inició sus visitas, las madres confundían los cereales como el trigo, arroz y la avena con los cereales envasados, además señala que algunas madres le respondían que le dan gaseosa a sus niños en el almuerzo y “yo les digo que eso no es saludable, que lo mejor para ellos y su familia es un refresco de naranja o limón” subraya Mercedes, quien disfruta del mar que tiene frente a ella.

Mercedes sueña con que algún día en su Asentamiento Humano Miramar haya agua potable en las casas y que pase el camión recolector para que sus vecinos dejen de arrojar la basura por el acantilado.

Desde el embarazo hasta los 3 años de edad, los niños y niñas desarrollan su cerebro y capacidades cognitivas para que crezcan sanos, fuertes e inteligentes y se forjen un mejor futuro, consciente de esto el Fondo Social del Puerto de Paita a través de Creciendo Sano busca erradicar la prevalencia de anemia y desnutrición en 700 niños y niñas de este rango de edades, valiéndose del gran apoyo de sus supermamás que ahora se capacitan constantemente en las sesiones demostrativas de alimentos, donde aprenden a preparar deliciosas recetas ricas en hierro a base de productos de origen animal y del esfuerzo voluntario de las Agentes Comunitarias de Salud.

Creciendo Sano, programa financiado por el Fondo Social del Puerto de Paita y ejecutado por Prisma, tiene como objetivo disminuir la anemia de 47% a 25%. Es así que, Maritza, Sidia, Mercedes y seguramente todas las agentes confían en que de aquí a 3 años la anemia y la desnutrición en Paita se reducirán para beneficio  de los niños y niñas y de la comunidad;  sobre todo en los asentamientos humanos donde estos problemas de salud están más presentes.

Fuente: Proyecto Creciendo Sano – Fondo Social del Puerto de Paita

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