¿Te has preguntado qué poder tiene un abrazo y un beso en el crecimiento de tu hijo?
Además de alimentar de manera saludable, los padres tienen otros super poderes: los besos, abrazos y caricias estimulan los sentidos, brindan alegría y confianza, y reconfortan el alma de tu hijo o hija.
“Cuando abrazo a mi hijo puedo sentir sus bracitos tratando de rodear mi cuerpo, responde a mis besos y suaves caricias; su alegría me llenan de felicidad y me dan fuerzas para luchar por un futuro mejor para mi familia”, manifestó Mariely García, quien gracias a los talleres sobre “Afecto y vínculo afectivo”, financiados por el Fondo Social del Puerto de Paita, ha fortalecido su relación madre – hijo que se verá reflejada en su crecimiento y desarrollo.
Estos talleres, que forman parte de las actividades del programa “Creciendo Sano” del Fondo Social del Puerto de Paita, se realizan en los 9 AA. HH. donde se interviene y contribuyen al fortalecimiento del amor, cariño y cercanía entre padres e hijos a través del contacto físico como caricias, besos, abrazos.
Según el estudio «El desarrollo del niño en la primera infancia», realizado por UNESCO, las experiencias o muestras de afecto del papá, mamá o cuidador hacía el niño o niña influyen en el desarrollo de su cerebro y sus habilidades cognitivas. Este estudio resalta la relación que existe entre el afecto y apego con el desempeño y nivel de aprendizaje de los niños durante los primeros años de vida.
Asimismo, en el informe «La primera infancia importa para cada niño» de UNICEF, “una sonrisa afectuosa, un abrazo reconfortante, una mejor nutrición, protección contra la violencia o el abandono repercute en la salud y felicidad de un niño», enfatiza el estudio. Incluso pueden incidir en la cantidad de dinero que ganará cuando llegue a la edad adulta.
“Otorgar el calor de un abrazo o beso a un niño contribuye a que se sienta querido y valorado por sus padres, se sienta feliz, que se desarrolle física como emocionalmente”, explicó Lynn Aguilar, especialista del programa. “Incluso ayuda a tranquilizar y relajar a los niños en momentos de ansiedad, rabieta, dolor o tristeza y hace que se duerma mejor”, añadió.
De igual manera, Diana Ordinola, psicóloga del área de Desarrollo Social de la Municipalidad Provincial de Paita, asegura que los vínculos afectivos se establecen en los primeros años de vida y permiten la construcción de la identidad y el equilibrio emocional del niño. “Si desarrollas un vínculo afectivo sano con tu hijo le garantizaras confianza, seguridad en sí mismo y una autoestima alta que le permitirá triunfar en la vida”, agregó.
El niño o niña que está acostumbrado a recibir muestras de cariño y expresar libremente sus sentimientos, cuando sea adulto tendrá las misma costumbre, por eso abrázalos, bésalos, aliméntalos de amor.