Han pasado ya dos meses aproximadamente desde que inició la vacunación en comunidades campesinas en la región Ancash, y se logra ver que los resultados son alentadores. Más de 300 comunidades vienen siendo vacunadas bajo la estrategia de vacunación territorial, beneficiando a la población de 18 años de edad a más, para que cumplan con las dos dosis de la vacuna contra la COVID-19.
El resultado obtenido en la vacunación de esta población vulnerable, se dio gracias a la suma del esfuerzo de distintas organizaciones, quienes mediante el trabajo articulado lograron convocar, sensibilizar y poner a disposición las vacunas en las zonas más alejadas de la región. Liderados por la DIRESA y las 6 redes de salud, con el soporte del Proyecto: Apoyo a la vacunación COVID-19 en el Perú, se sumaron esfuerzo de los gobiernos locales, los programas sociales de MIDIS (Juntos, pensión 65 contigo) y la empresa privada.
La vacuna es esperanza
Lenin Ramírez Balarezo, poblador de la comunidad campesina de Chiquián, ubicada a más de 110 km aproximadamente de la capital de Ancash, Huaraz, cuenta haberse infectado de la COVID-19. Para ese entonces, su madre, persona de tercera edad, ya había sido vacunada con las dos dosis. Él al enterarse que era positivo para COVID-19 temió lo peor, pero gracias a las vacunas su mamá pasó esta etapa sin mayores complicaciones.
“Yo no sabía que estuve infectado del coronavirus, al quinto día del primer síntoma decidí acudir a un puesto de salud para hacerme descarte de la COVID-19, porque los síntomas cada vez eran más frecuentes. En el examen salgo positivo, donde siento que todo el mundo se me caía encima, porque hasta ese entonces hacia mi vida cotidiana con normalidad junto a mi madre, que es persona adulta mayor. Mi madre ya había recibido las dos dosis, gracias a ello no presentó complicaciones; en mi caso yo llegué a estar hospitalizado”, añade Lenin Ramírez.
Lenin se mostró muy agradecido por la implementación de vacunación en comunidades campesinas, ya que para él representaba un alivio que familiares con las dosis tengan mayores posibilidades de estar protegidos contra el virus y vivir con mayor tranquilidad. El cuidado continuo, es para él, otra forma de no volver a pasar por el temor de poner la vida de su madre en riesgo.
La llegada de las vacunas es una esperanza de vida para muchos, como manifiesta Lenin, es un paso para vivir cada día con mayor tranquilidad. Pero para llegar a cada comunidad, se ha requerido la suma del esfuerzo de distintas organizaciones, quienes mediante el trabajo articulado lograron convocar, sensibilizar y poner las vacunas a disposición de la población en las zonas más alejadas de la región. Esta gestión fue liderada por la Dirección Regional de Salud (DIRESA) y las 6 redes de salud de Ancash, con el soporte del proyecto “Apoyo a la vacunación COVID-19 en el Perú”, y se unieron los gobiernos locales, los programas sociales del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) como Juntos, Pensión 65 y Contigo; y la empresa privada.
Trabajo articulado contra la COVID-19
Con el fin de fortalecer la estrategia de la DIRESA, algunas de las acciones que se realizaron desde el proyecto fueron la sensibilización de los alcaldes municipales con las cartillas informativas “Yo me vacuno Ya” y se pusieron a disposición de las municipalidades los spots radiales y videos producidos acerca de la vacunación, tanto en castellano como doblados a quechua; los gobiernos locales como las municipalidades de Huaraz, Independencia, Chiquián, Yungay, entre otros, por su parte facilitaron la habilitación de los centros de vacunación, así como la alimentación para el personal de salud que estaba abocado a las jornadas, y contribuyeron con la difusión de los spots radiales a través de los altoparlantes en los camiones recolectores de residuos sólidos y los videos sobre la vacunación a través de las plataformas digitales de comunicación como las páginas de Facebook de cada uno de las entidades.
Los programas sociales aprovecharon su llegada a la población y apoyaron en la convocatoria a través de la difusión de los comunicados de vacunación haciendo uso de las redes de WhatsApp con las que cuenta cada coordinador de los programas; y desde la empresa privada, la compañía minera Antamina puso a disposición 40 brigadas de vacunación, con equipamiento y trasporte, que llegaron a comunidades como: Santa Cruz, Quillo, Vicos, Shilla, Carcas, Cuspón, Llamac, Chacas, entre otras.
Actividades articuladas contra la COVID-19
Entre otras de las acciones desarrolladas por el proyecto en Ancash, se contribuyó sensibilizando también a actores sociales y líderes de la comunidad para poder realizarse la vacunación dentro de sus comunidades. “Para esto, se implementó la difusión de spots radiales, cartillas informativas sobre las vacunas y mitos como memoria ayuda para los líderes de la comunidad”, señaló Leyla Azaña, técnica regional del proyecto. Estas acciones contribuyeron a las acciones del gobierno local, el cual exhortó a la población ancashina a vacunarse con las dos dosis para que estén protegidos.
Además, el proyecto brindó asistencia técnica, monitoreo y supervisión al personal de salud en este proceso de vacunación. De esta forma, contribuyó a organizar y a mejorar los flujos para la vacunación: minimizando aglomeraciones; mejorando el buen trato; apoyo en las áreas de triaje y de orientación sobre reacciones post-vacunación; y, sobre todo, se supervisó el proceso de vacunación realizado por las brigadas responsables para garantizar que las vacunas sean administradas correctamente y con eficacia.
Esperanza con resultados
Según Jhoner Antúnez, coordinador regional del proyecto, en Ancash la labor realizada estuvo enfocada en el sector salud y en la comunidad. “En la primera, hemos trabajado fuertemente el fortalecimiento de capacidades del personal de salud, brindando las facilidades para garantizar que todos nuestros hermanos ancashinos reciban una vacunación de calidad que logre protegerlos”, remarcó. Hasta la fecha se ha logrado capacitar a más de 1700 integrantes de los equipos de salud, directamente involucrados con el Proyecto.
Por otro lado, “en el nivel comunitario, hemos trabajado las campañas de sensibilización, que, como resultado del trabajo articulado con la DIRESA, implementamos dos estrategias: la primera consistió en fortalecer los conocimientos sobre la importancia de las vacunas dirigido a todos los líderes sociales de todos los distritos a intervenirse con la estrategia de vacunación de comunidades campesinas; la segunda consistió en la difusión de mensajes radiales con enfoque intercultural, adaptados al quechua, idioma nativo de la región Ancash, estos mensajes difundidos incentivaban a la vacunación con las dos dosis”, resaltó.
Además, se han creado y difundido productos comunicacionales como: cartillas informativas, mural, videos y spots radiales con el fin de sensibilizar a la población a recibir las dos dosis de la vacuna y su importancia para salvar vidas.
A la fecha, en las zonas rurales de Ancash, según el portal de Reporte de Vacunas – COVID19 Coronavirus manejado por la Diresa, se han reportado más 75 mil personas de 18 años a más que han recibido las dos dosis de las vacunas; y en 6,686 centros poblados se ha logrado inmunizar al 100 por ciento de sus habitantes, según el Comité Técnico Regional de Inmunizaciones.
En Ancash, la vacunación no conoce distancias y sigue su recorrido por toda la región para proteger a cada persona contra la COVID-19. El proyecto “Apoyo a la vacunación COVID-19 en el Perú” sigue avanzando, brindando soporte a la Diresa y las redes de salud, en su misión de vacunar a todas y todos los ancashinos, y así puedan vivir cada día más tranquilos y con la esperanza del fin de la pandemia.
El contenido de esta nota es responsabilidad de los autores y no refleja necesariamente las opiniones o posiciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional o del Gobierno de los Estados Unidos.