Cuando se piensa en educación, las primeras imágenes que se vienen a la mente son la escuela, la lista de útiles, las niñas y los niños, los profesores y al final con un poco de esfuerzo asoman los padres. Y cuando decimos padres, sólo aparece la imagen de las mamás que llevan y recogen a sus hijos o las mamás preparando los alimentos de Qali Warma.
Y si decimos ¡Escuela para padres!, pues sí, nos imaginamos a las madres escuchando la charla. Y la pregunta es ¿qué pasa con los papás?, acaso la educación de los hijos es responsabilidad sólo de las madres o del hermano mayor.
Pues bien, en Sechura venimos implementando el proyecto “Educando Hoy para el futuro” financiado por FOSPIBAY y trabajando de la mano con UGEL Sechura; como parte del proyecto realizamos diagnósticos, definimos temas y organizamos todo un plan de acción para trabajar las escuelas para padres, y ¿qué creen? Sí, casi el cien por ciento de nuestros asistentes eran las mamás. Entonces surgió un gran reto: acercar a los papás a la escuela, que se involucren en la educación de sus hijos.
¿Cómo empezamos? Trabajamos con lo que teníamos, seis sesiones de escuelas para padres muy bien elaboradas, contextualizadas a la realidad de la zona, el apoyo de los docentes, madres asistentes y sobretodo mucha actitud, compromiso y ganas de hacer las cosas bien.
Damos nuestro mejor esfuerzo cada vez que realizamos una sesión de escuela para padres, hacemos todo de manera dinámica y reflexiva, escuchamos a las mamás y nos encargamos de motivarlas e involucrarlas tanto, que están dispuestas a asumir compromisos para mejorar la educación de sus hijos. Y ¿cuál es el primer compromiso a asumir? Ir a casa, meditar y practicar lo aprendido y lo más importante, mostrar al esposo que hay un cambio de actitud, conversar con él, decirle que hoy más que nunca ama a sus hijos y se preocupa por su futuro, y así invitarlo a participar de la siguiente sesión de escuela para padres, para que vayan juntos como familia, como los buenos padres que son.
El trabajo es arduo, en Sechura hay mucho machismo, durante el primer año asistieron un total de 630 padres, el número de papás fue el mínimo pero ya se empezaba a notar su presencia, eso sí, cada vez llegaban más madres que se pasan la voz porque en palabras de ellas “la charla ha sido muy bonita, he aprendido mucho, no nos han enseñado así antes, ojalá vengan más seguido”, y precisamente eso hicimos.
Este segundo año el reto es más grande, pero como siempre lo asumimos con compromiso, contamos con el continuo apoyo de UGEL Sechura, realizamos dos sesiones con presencia del profesor y dos sesiones desarrolla el docente, para fortalecer la relación escuela-padres, para asegurar la sostenibilidad de la estrategia y para sumar al concepto de comunidad educativa: docentes, alumnos, padres, autoridades y empresa participan de la educación, para generar desarrollo para Sechura, formando mejores personas, mejores ciudadanos.
Son diversas las razones por las que los papás no asisten, trabajo, cansancio, machismo, pero el trabajo conjunto empieza a rendir sus frutos y hasta el momento los resultados son muy alentadores, la asistencia casi se quintuplica (2933 padres) y las fotografías evidencian la presencia de familias, papá y mamá trabajando de la mano, conversando, discutiendo tranquilamente, riendo, aprendiendo juntos, participando.
Procuramos ayudar a los padres en su función educadora, formadora de seres humanos íntegros. Y aunque los padres no siempre tienen las estrategias y habilidades para lograrlo, por su propia historia de vida, porque su grupo familiar y social no ha favorecido este desarrollo personal o porque la pobreza y la falta de oportunidades influyen en el desarrollo de las familias, afectando a los niños, desde la escuela para padres fortalecemos sus habilidades y brindamos estrategias, trabajamos autoestima, comunicación asertiva, expresión de emociones y sentimientos, prevención y manejo de violencia familiar, resolución de conflictos y formación de niñas y niños. Somos conscientes que aún queda mucho por hacer, pero avanzamos a paso firme.
La presencia de papás fue escaza al principio.
Pero su participación es activa.
Participan de las dinámicas y ganan confianza.
Y cada vez son más: Padres y madres del caserío «San José», en el desierto de Sechura, participan de dinámica.
Los padres empiezan a asistir a las escuelas de padres, en la caleta «Constante» ha aumentado el número de papás y mamás asistentes.
Las parejas participan activamente en la dinámicas.
¡Avanzamos a paso firme! Vamos logrando que más parejas de esposas asistan a las escuelas de padres.